domingo, 24 de enero de 2016

LA SAL DE MALDON DE LA VIDA

¿Cómo es al tacto la piel de una vaca??, ¿sabíais que las cebollas crecen en la tierra??, ¿habéis limpiado una lubina por dentro y le habéis sacado las tripas?, ¿y pisado una mierda de caballo?. ¿a qué huelen las nubes?. Que hoy día la pregunta más común y la respuesta más fácil sea la última, es cuanto menos, descorazonador.



Vivimos en una sociedad donde al plástico y a lo sintético le llaman eco piel. Conste que respeto a quien por convicción no quiere llevar piel de animales, pero que un bolso de plástico lo cobren a precio de Visón, porque deciden llamarlo piel vegana, me toca las pelotas.



Un tiempo en que el veganismo le come el terreno (nada más que eso porque si no le dan arcadas) al entrecot. Donde todo el mundo se etiqueta en algo, la cienciología, el yoguismo, el antitabaquismo. Nuevas religiones que uno  abraza de la mañana a la noche y se convierte en el más sectario de la secta.  La quinoa ha sustituido a las hostias consagradas, el yoga al rosario y las mallas de runner a las sotanas.



 Un tiempo en el que las herboristerías son legión. La gente toma té verde con aroma de romero o poleo menta antioxidante, pero piensan que las hierbas crecen en las bolsas reciclables. Y lo que no han probado nunca es a coger el poleo del suelo con sus impurezas, sus flores moradas que luego hay que pasar por el colador. Mejor en la bolsita limpio y listo para consumir. Eso sí, luego al contenedor amarillo, si no, sacrilegio.



Una época en la que buscamos el contacto con la naturaleza y nos parece encontrarlo en un documental, en practicar un poco de running o subir a Navacerrada un domingo a ver la nieve. Que nos creemos los más sanos por tener un huerto urbano y pagar un riñón por los tomates ecológicos, los huevos camperos y el pollo de corral no transgénico. Pero en nuestra puñetera vida hemos pisado una granja para saber que los pollos no son simétricos, ni los huevos perfectos, ni los tomates de un reluciente rojo Russian Red.  


Una sociedad que detesta la impureza y decora la realidad por si acaso se hieren sensibilidades. Eso sí, no hay escrúpulos si se habla de economía. Nos da pena cómo se mata a un cordero, pero los lobos de Wall Street se los zampan a miles cada día para alimentar su hambre de dinero. 



 La televisión está petada de programas de cocina, que a todos nos encantan. Todo el mundo deconstruye, hace crujientes, reducciones, pero ¿qué cocinero aparece sacando las tripas al besugo para hacerlo al horno con Pedro Ximénez??.  Los lomos siempre aparecen perfectos, cuadrados, limpios, de colores brillantes, como las piezas del LEGO. La pata del cochinillo, tan irreal, que parece dibujada en cómic. El solomillo es tan rosado y suave como el terciopelo. Y los lomos de merluza blancos y enjutos como pastillas de jabón, para lavarte las manos con ellos si algo de realidad te salpica.



El único contacto animal son los toros, los zoos o los circos. Nos encantan los animales, pero los más reales con los que convivimos son los perros y gatos monísimos que humanizamos con cada foto de Instagram. La gente es capaz de atarse a un árbol para pedir por sus derechos como si la causa le fuera la vida en ello, pero luego no se va a vivir con su pareja porque le asusta el compromiso.


Se huye de la sangre, de la víscera,  de la entraña, pero en todos los aspectos de la vida. Pasiones ficticias, la hipocresía hecha reivindicación. La vida hecha plástico, envuelta en piel vegana. O en papel film, que para el caso es lo mismo y así, nunca te manchas.

lunes, 11 de enero de 2016

LA REINA DE LA NAVIDAD

En estos momentos en que no puedo pensar porque tengo gambas ocupando mi hipotálamo. Ahora que tampoco puedo hablar y sólo soy capaz de balar, porque el cordero que me he hincado está asomando su hocico por el mío. Tampoco puedo moverme porque los turrones me han bajado a los tobillos y los tengo como Carmen Sevilla...  y sólo puedo escribir… me pregunto, os pregunto: ¿Qué significa la Navidad???.
Pues si de verdad somos realistas, vamos a dejarnos de misas del gallo, religiones y nacimientos... La Navidad es comer hasta reventar.


Son esos días que tu madre lleva preparando dos meses antes, haciéndose calendarios de menús como si una bomba atómica fuese a arrasar tu pueblo y tuvieses q sobrevivir en un búnker 3 años. Donde abres los armarios de tu casa y parece un almacén del Macro.


Esa época en la que empiezas a comer un jueves a las 9 de la noche del día 24 y te levantas de la silla el día 7 de enero con más tripa que la madre de Falete antes de dar a luz. Cuando has bebido tanto alcohol que si te cortas un dedo trinchando el cordero cauteriza en 3 segundos.


Un tiempo donde ejercitas la mente más que con un sudoku, haces un rastreo inicial a la mesa y en un segundo calculas los comensales y sabes que tocas a 2 nécoras, 4 ostras, medio plato de jamón, 2 patas de pulpo, botella y media de cava, y si andas fino, le levantas cuatro almejas a tu sobrino que como no sabe cómo comérselas (ya aprenderá, ya...). Eso sí, si una semana más tarde tienes que pagar unas cañas de 30 pavos entre 3, dices que otro haga las cuentas que tú eres de letras.

Unas semanas en las que tú madre no sale de la cocina, te acuestas y está ahí, te levantas y está ahí y crees que se ha puesto un saco dentro del horno y duerme abrazada al cochinillo haciendo la cucharita.


A nadie le importa un cuerno q Jesús naciese en un portal, aquí a la mula nos la zampamos, cambiamos la mirra por la birra y si hay suerte se toca la zambomba. Un Belén donde ya no quedan vírgenes, los reyes están de capa caída o más bien en ropa de cama, vienen a pie porque son más de estar por casa. Son más de elefantes que de camellos y más de Noós que de Yes, we can. El negro no llega por el tratado de Schengen, los peces están en los platos y sólo queda la espina y los q beben en el río y hasta el agua de los floreros son... Los pastores, o la Pastor y su marido. Y lo único en lo q piensas cuando acaba es en estar como el caganet del Belén, soltar todo lo q has engullido en las navidades y dejar el baño como la zona cero. Amén. 

domingo, 6 de diciembre de 2015

LA SECTA

“Te entiendo perfectamente”, traducción: que te jodan.
“Llevas toda la razón”, traducción: me la suda.
“Nos ponemos ahora mismo con ello”, traducción: me la pela.
“Lo solucionamos ahora mismo”, traducción: que te den morcillas.
“Te vamos a dar el mejor servicio, un compañero te atiende ahora mismo”, traducción: me la sopla.
Les presento el traductor de ESPAÑOL-MAC, MAC-ESPAÑOL.

En el último mes he estado más en la tienda de MAC de la puerta del Sol que en mi casa, (y sí, salgo mucho, pero no tanto). La razón… la puñetera mentira de la manzana Macintosh, esa sí es la manzana podrida y no la del cuento.
Entrar en esa tienda es entrar en la posguerra, cientos de personas esperando en colas como a la cartilla de racionamiento. Una primera cola de distribución para derivarte a una segunda de especialización de tu problema y luego a buscar sitio y a esperar a que digan tu nombre una pandilla de chavalotes informáticos vestidos con las mismas camisetas, los mismos ipads en la mano como armas dispuestas a disparar y las mismas caras de freaks.


Tú te compras un MAC porque mola, postureo, pero también porque alguien se inventó eso de “es que no entran virus” “nunca se estropean” y sobre todo… “el servicio es lo mejor”, ¿¿el servicio?? Será el que usas para cagarte en su estampa cada vez que haces cola en una tienda petada de peña.
Horas de espera deseando que digan tu nombre y uno de esos freaks te atienda con esa sonrisa impostada e importada de América. Cuando lo has conseguido, empieza la retahíla de frases marketinianas de empresa americana. El capitalismo hecho poesía. “Aquí estamos para ayudarle”, “su problema es mi problema”, “lo resolveremos con la máxima celeridad”, “por supuesto que está en garantía”, “tiene toda la razón caballero”, bla, bla… y así hasta hacer el soneto más hipócrita de la historia. Tú tienes ganas de asesinar al menda, pero él sigue sonriendo. Son como soldados en Vietnam, están entrenados para soportar gritos, insultos, torturas que harían estremecer al coronel Truman, sin perder la sonrisa.
Su estrategia es retorcida, primero te enganchan con el móvil y luego te dicen que eso se conecta a tu ipad, a tu ordeandor, a tu ipod y a tu icloud  y a tu itunes y… y así la manzana va colonizando cada rincón de tu casa, menos la nevera (que esa está llena de birra). Es como tener un hijo, ¿es un lío no??. Pues tener 4 es mucho peor coño!!.
Y es entonces cuando viene el rollo de la exclusividad. Tú pagas más caro porque es exclusivo, pero resulta que a tu lado sentada esperando a que digan su nombre como tú, hay una choni con el iphone rosa brillante tuneado con una pegata del Fabric… ¿exclusivo??, pero si hay agricultores afganos que tienen un iphone!!!. Lo único exclusivo son los cables, cargadores y demás cacharros carísimos porque sólo, única y exclusivamente valen para sus Mcmierdas.



Son los inventores de la obsolescencia programada y todos los que estamos en esa cola con nuestros Mctruños estropeados somos conscientes de ello. Pero entonces ¿cómo es posible que millones de mongoles hagan colas inmensas para pagar un cojón de pato por el nuevo modelo de iphone el día uno de que salga a la venta?. No pueden pagarse el alquiler del mes siguiente y se compran los zapatos en los chinos, pero en el bolsillo llevan 800 pavos en forma de manzana.
A veces tengo pesadillas, con un tipo que se ríe de mí con carcajadas estremecedoras a lo IT el payaso de Stephen King con su PC y su Android entre las manos, que ha comprado por 600 pavos menos y le funciona de lujo… y me despierto entre sudores, miro mi Macbookpro entre escalofríos y me vuelvo a la cama.

Tras tres hojas de reclamaciones y un pollo al estilo provinciano a tres freakes-encargados-supersonrientes de la tienda estoy escribiendo este post desde mi Mcbookpro. ¿Cuánto tiempo durará la paz la tranquilidad? ¿sin tener que ir a esa mierda de tienda??. Mi conclusión es que lo mejor de Mac es el BigMac señores.

domingo, 15 de noviembre de 2015

TÚ A HOUSTON YO A CADIZFORNIA

Hace unas semanas que volví de América, me encanta y me horroriza a partes iguales, “American horror story” o “Love story” ¿con cuál se quedan?. Y sobre todo... ¿Por qué nunca llegaremos a ser cómo ellos??. He aquí las diferencias entre una ciudad americana como Houston y una española, pongamos Albacete.

- En Houston no hay ni Dios por la calle. La universidad de la calle se creó aquí, de ella hemos aprendido todos, desde Belén Esteban hasta Botín. La gente disfruta de los parques al aire libre, hasta hace no mucho te llamaban al telefonillo de casa para bajar a jugar a la calle. Los españoles se sacan la birra a la calle, las terrazas son religión. Allí los únicos que caminan son los vagabundos y los turistas despistados. La gente va en coche de centro comercial en centro comercial y si quieres caminar... a la cinta del gimnasio amigo.

- Hablando de coches... son muy grandes. Bueno, allí todo es más grande. Los coches, los policías negros (siempre son enormes y negros) como una especie distinta, creada sólo para acojonar. En América un smart es el cochecito que regalan a su hijo de cinco años para que juegue en el jardín. Se mean en los Minis lo único Mini que tienen es la novia de Mickey (este chiste está forzao la verdad). Hay ruedas de coches americanos que son más altas que un tractor de la vendimia, vasos de Coca Cola como la Termomix y camiones que ocupan más que campos de golf en medio de La Mancha. 



- Por otro lado, en el país más desarrollado del mundo, donde han hecho de una manzana una religión. Donde MAC y Microsoft han nacido... no conocen que es una puta persiana en condiciones. Ese invento que hace posible que pases una resaca como DIOSMANDA sobando hasta las 3 de la tarde y que hace que no te descompongas como un vampiro con el sol entrando a las 6 de la mañana. Tampoco saben qué es una cadena del wáter normal. Esa que no se recrea, que succiona todo lo que haga falta a la primera. Ellos tienen la que hace «efecto heiser», eleva todo el tema para enseñarte lo más sucio del interior humano y luego por fin se lo traga. Por el contrario, su papel del wáter es cojonudo, sí, con doble, triple e incluso cuádruple capa. Calidad señores. A medida del culo de un poli negro.

- Les salva que no saben lo que es el gotelé. El tipo que lo creó, claramente era español y tenía miedo a volar en avión, nunca cruzó la frontera, porque somos el único puñetero país que convivimos con él. Hemos hecho marca registrada. 

- Fumar-beber tojunto, una combinación maravillosa en la vida, es posible todavía en las terrazas españolas. Allí, te ponen una bolsa de cartón cuando pides una lata de birra en una gasolinera, como si fueras un yonki. Y si quieres fumar tienes que hacerlo lejos, muy muy lejos, tan lejos... que a veces cambias de estado y ni te has dado cuenta. De Miliwoki a Cincinatti con un pitillo.

- En Houston todo engorda. La lechuga engorda, el pepino engorda, el brócoli engorda, todo lo verde engorda... y si lo verde engorda imaginaros el resto... Ellos son los reyes de la salsa y no los dominicanos, todo lleva salsa, barbacoa, mayonesa, sirope de arce, mantequilla de cacahuete... 

- Hace mucho frío, todo el rato, en todos los sitios interiores. Houston tiene una temperatura ambiente de 30 grados en octubre, en verano más de 40. Pues en el interior de cualquier sitio, bar, súper, museo, coche, piso, baño, el aire acondicionado sopla más que el cierzo zaragozano en diciembre.

- Son muy horteras, sí, y cuanto más ricos más horteras. La pasta es inversamente proporcional al estilo. Ellos no inventaron los calcetines con sandalias, ahí los alemanes se les adelantaron, pero el resto es culpa de ellos. Porque un gordo con una camisa hawainana, un sombrero de cowboy, careto operado a lo Mickey Rourke, y sandalias de cuero a lo discípulo de Cristo... hoy puede parecer hipster, pero ha sido un hortera detodalavidadeDios. Sí señores, lo he petao en Houston. Allí con una falda del Primark y una camisa de 5 pavos del HyM eres la puñetera Anna Wintour. Que por cierto es americana, pero recordad que Nueva York no es América, es un pequeño búnker perdido, donde todas las personas a las que se les incendian las pupilas viendo a un «red neck» de Utah, se han encerrado allí. 

- Su concepto del glamour es un croisssant y un capuccino, cortar unas verduras en una tabla de cocina mientras se toman un vino de mierda (porque sabemos que los vinos de Napa son de mierda) y decir que una vez estuvieron en París.

- Sonríen todo el rato, te desean «have a nice day» (el 90 por ciento de los españoles menos Leonor Watlin y Gunilla Von Bismark) no lo entenderán), pero traduzco: «pasa un buen día». Los camareros te atienden antes de que lo pidas, no han desarrollado esa habilidad típicamente española de mirarte fijamente cuando tienes la mano arriba y hacer que no te ven. Disfrutan con su curro, no tienen esa cara tan española de amargue vital por estar sirviendo cafés. Allí, un camarero del Starbucks parece un ejecutivo de una macroempresa que se toca el pie cada día y va a currar en calzoncillos con un sueldo de 20.000 dólares al mes. ¡¡¡Les encanta su trabajo!!! ¡¡¡sonríen!!!. Creo que la sobredosis de azúcar en los muffins tiene el mismo efecto en ellos que el LSD. 

- Les flipan los destructores de basura. siempre hay uno en cada cocina. Es su particular bola antiestrés. Eso y pegar tiros, nosotros los pegamos con la playstation, ellos, de verdad.

- Sus casas no tocan el suelo. Y debajo tienen siempre garajes con muchas herramientas. Porque construyen todo. Una mesilla «esttronferguanter» del IKEA que para un español medio es más difícil que montar el cubo de Rubik, para ellos es como un rompecabezas de dos piezas, tardan 5 minutos. Los reyes del «do it yourself» traduzco de nuevo. «hazlo tú mismo».

- Y esto me lleva a una gran diferencia, allí to Cristo habla un inglés impoluto. 


- Eso sí, en Houston no saben pronunciar la J ni la Ñ. Algo que parece vanal y supérfluo, no lo es, porque dicen HINAR. Y nunca podrán GIÑAR en condiciones, por mucho papel bueno que tengan.

domingo, 20 de septiembre de 2015

EL CIRCO DEL ARTE

Algunos van al circo… yo prefiero una exposición de arte, me pilla más a mano, la entrada es gratis y el espectáculo… muy parecido.

Están los domadores y los leones, están los de la taquilla y los equilibristas, los que tiran cuchillos y los que se ponen delante arriesgando su jeta. Comisarios y artistas, no doy pistas… ahora adivinen quién es el pringao y quién lo peta. 
Hay colorines, truños del tamaño de un elefante, y elefantes en forma de truño, maravillas mágicas que te dejan con la boca abierta, bocas hambrientas… Porque hoy día el catering se ha reducido más que un Pedro Ximénez, con suerte te bebes un Don Ximón y si te quedas con hambre, te cenas antes un Urroz, con leche o con pollo. Tú te agachas y yo te follo. De poner el culo, de eso aquí, muchos saben.

Comienza la función: (SONIDO DE TAMBORES… Trrrrrrrr) El primer espectáculo el de los artistas, unos leones, allí salen los pobres, a subirse en una banqueta como la cabra de la legión, a bailar al son del látigo del que paga, o del que no paga que es peor… acaba el número, el domador sonríe, el león ruge, pero muy bajito, y el público aplaude esperando el siguiente numerito.

Es cuando vienen las bailarinas, brillantes, ayudantes… esas que recorren muchos circuitos, aspirantes a artistas, groupies de ellos y no del arte. Las hay que quieren pasar a la historia inmortalizadas en una obra, que menean el culo por la pista, que se atusan, que aspiran a musas, sin pisar la misa y aquí hay que saber de qué va esta religión, hay que decir Amén, que no Amen, que una tilde o la M por delante te convierte en amante… y no del arte. 

Es la hora de los contorsionistas… esos artistas que se menean por la arena, culebrean. Los que ponen una mano en el hombro y a la vez hacen el pino y con la otra una paja, los que meten tripa y llevan faja. Los que comen la oreja a las galeristas viejas, los que viven del cotilleo, del qué dirán, los que quieren estar. Los que se venden y se doblan y se meten en una maleta, los de las tretas. Artristes prefiero llamarlos más que artistas, los contorsionistas.

 


 Y después de la tensión… llegan ¡¡¡los payasos!!! ¡¡¡las risas!!! que retumban en un eco continuo en la sala, donde nadie se entiende, sólo se escucha un murmullo constante, festivo, eterno. El festival del humor, de la felicidad extrema, del somos guays, del creamos, pero no nos creen, del quiero vivir de esto…, pero por el camino muchos mueren.

Aparecen los elefantes, grandes, vetustos, inmensos, viejos coleccionistas, esos que se pasean con sus barbas. A los que le sigue una corte de plebe hambrienta, los que juegan con el sustento, los que caminan lento. Observando obra por obra, cuando lo que les importa es lo que les sobra. La pasta, la inversión, nada del sentido de la obra, a la mierda los cuentos, busco cuentas, tú no me rentas.

Y ningún espectáculo es nada sin magia, la que tiene el arte y quien lo crea, la magia de la obra y de su artista, del trabajo, de la idea. Pero dejémonos de historias bonitas, eso en el cine no en el circo, aquí se busca la sangre, el truco final… (SONIDO DE TAMBORES) trrrrrrrrrrrrr… 

 
Y consiste en que el artista vende su obra a un señor con traje Armani y su esposa rubia, se llama Fany. El artista y el público se emocionan, las gradas gritan y bullen de ilusión, el galerista se frota las manos y entonces es cuando… TACHÁÁÁÁNNN… El dinero o no aparece o se queda en el camino, ¿en otras manos? ¡¡se esfuma!!. Público y artistas abren los ojos, fascinación en la pista, ¿dónde está el dinero? ¿qué ha hecho con él el mago?, ¿o el galerista? ha volado como la paloma… debe estar en el MOMA.


¿Han disfrutado del espectáculo??, ¿les ha gustado??. Un circo más donde los payasos ríen por fuera y cuando se quitan el maquillaje lloran frente al espejo. La próxima vez que vayan al circo, o a una expo, sean conscientes. No se escandalicen por un vaso medio lleno o medio vacío cuando lo que importa es lo que hay dentro, que el agua está envenenada.

 

domingo, 19 de julio de 2015

LO ESPECIAL

Hace no mucho leí esta frase “la vida es demasiado corta para enamorarse de lo común” no sé quién lo dijo, pero si lo averiguo me lo tatúo en los pechos. Hay que ser especial, lo especial mola. El menú especial tiene comida más rica, un traje especial (que no espacial) es más bonito y te puede hacer sentir en la luna, una ocasión especial mola más, una mirada especial es única, todo lo que acompaña especial, menos la educación, es mejor.



- Un peluquero hipster de barba espesa lleno de tatoos que te enseña las fotos de la mili orgulloso.
- Un taxista que no sabe a las 10 de la noche cómo va el Madrid-Barsa porque estaba escuchando radio clásica.
- Una moderna de Vans y pelo a lo afro que le pirra el Bakalao (y no al pil pil, sino de Pim pam).



- Un zapatero remendón de los que ponen tapas, que entre punta y tacón, cose látigos y esposas de cuero para sados.
- Un motero con chupa de cuerazo, que fuma Ducados y se dedica a vender casas de muñecas.
- El camarero de un bar de moda cool, experto en rock and roll que le pirra la salsa y la baila como un dominicano.
- Un chaval de las tres mil viviendas, rapero, con pantalón caído y gorra de medio lado que odia los porros y toca el violín.
- Un político con principios, que no se deja corromper por la pasta.
- Una abuela de 80 años que hace yoga y se pinta los labios cada día para salir a comprar el pan.



- Un cura que no da sermones, que cree que no hay que resignarse en la vida porque no es un valle de lágrimas.
- La hija de un magnate que decide trabajar en una ONG en África.
- Una monja que coquetea con la mirada en el metro, con un tipo de mediana edad.
- Un artista que no cree en el arte, cree en sí mísmo, que trabaja para él y no para el mercado.

Personas especiales y reales, que no son literatura de un post, todas ellas están o han pasado por mi vida en un momento dado, que se cagan en los tópicos y los transforman en algo especial. Freaks, especiales, que hacen la vida más especial. 
Porque soy rubia y no soy tonta, porque me río mucho de todo y no soy frívola, porque leo ensayos y escribo poesía y no soy intensa, porque tengo unas New Balance y llevo el labio rojo y no soy moderna, porque digo "te quiero" y no soy una ñoña, porque llevé perlas y no era pija. Porque mi vida es muy corta para enamorarme de lo común... brindo con una infusión de jengibre por LO ESPECIAL, porque con birra sería lo de siempre y porque son las 10 de la mañana y me llamo Rebeca no Massiel.

domingo, 28 de junio de 2015

LOS COOLTRES

Dos situaciones:

Un abuelo jubilado que va de feria en feria a la caza del boli, el llavero y el souvenir gratuito, las olivas y el cafelito por la cara. Definición Cutre.

Un moderno autónomo de profesión liberal que se recorre en una tarde dos inauguraciones y tres pop up a la caza de la cami molona, el pen y la birra by 
the face. Definición cool.

¿Me encuentran las siete diferencias??. Pues no hay ninguna señores, lo cool y lo cutre se dan la mano. Ha nacido una nueva especie LOS COOLTRES o lo que viene siendo el modernoajubilao.



- El abuelo está jubilado.
El moderno es autónomo y se dedica A/ al arte, B/ producción de conciertos, C/ colaborar con blogs, D/ camarero- actor, E/ hacer bolos pinchando de Dj.
A los dos les une lo mismo, un sueldo de mierda.

- Ambos gozan de tiempo libre y horarios flexibles por obligación (aunque los segundos no lo admitan), y lo emplean jugando, unos a la petanca y otros a la play. ¿Qué es más digno?.

- Unos se van a la última feria del tractor a IFEMA.
Los segundos cambian la feria por tres inauguraciones y dos pop up en Malasaña, que pal caso es lo mismo señores.




- Los abuelos salen de allí con una bolsa de plástico con tres bolis de propaganda, dos libretas, una camiseta de Cepsa, dos folletos,  y un llavero que pone “Saimaza tu café”. Y en el estómago tres croquetas, dos olivas y un cafelito free gracias a Saimaza.
Cambien la bolsa de plástico por una de tela con una calavera pintada, con un puntero para el móvil y pen drive, una camiseta del “Primavera”, un fancine, tres dim sum y dos nachos con guacamole y un jaigermaister en probeta.

- Ambos han dejado de afeitarse hace tiempo, aunque por razones distintas. Unos llevan barba, los otros también.

- Ambos van al parque, unos a llevar a los nietos y otros al perro. Y ambos recogen las babas y la mierda de ellos.

- Ambos disfrutan de la arquitectura urbana, unos ven obras y otros grafittis.



- Ambos veranean en Benidorm, sí señores, porque que allí se celebre el Low Cost Festival, no hace que Benidorm tenga más glamour.

- Los dos tienen pensión, unos la cobran y los otros duermen en ellas cada vez que viajan. 

-Los dos cultivan, tienen huerto y comen tomates de la tierra. Unos en San Martín de Valdeiglesias y otros en una terraza de dos metros cuadrados en el metro Iglesia.

Dos pelis distintas con la misma banda sonora, Freddy Mercury, pero cambien el I WANT TO BE FREE, por I WANT IT FREE.