Hubo una época en la que los gimnasios
eran como los bares, llenos de ciclados que pasaban horas mirando cómo su
bíceps crecía delante del espejo, de marus haciendo pilates para meterse en el
traje para la boda de su hija, chonis embutidas en licra y con el rímel puesto
para hacer body pump y ligar con forzudos sudando, clases de spinning, aerobox,
batuka, GAP (Glúteos, abdominales y piernas), danza del vientre, yoga, body
attack, body combat, todos los bodys del mundo (solo faltaba Patrick Swayze y
su tabla de surf)… Un tiempo en el que correr era de aquellos que no podían
pagarse el gimnasio o de los triatletas talibanes curtiditos que madrugaban los
domingos para contarle a su mujer que habían hecho la mejor marca a pesar de
sus 45 palos.
Hubo un tiempo en el que madrugar
los domingos era sacrilegio, el tiempo de los looser, los juerguistas, los que
levantaban el negocio nocturno con sus rondas interminables de copas en vaso de
tubo y hielo deshecho. Un tiempo en el fin de semana estaba construido con las
resacas, los desayunos a base de cañas y las gafas de sol en una terraza para
tapar las ojeras… qué tiempos aquellos!!.
Y yo me pregunto… ¿desde cuándo esta
conquista trabajada a base de años y años de esfuerzo, de pasta invertida en
noches eternas que se transformaban en mañaneos de alcohol y colillas
recicladas han sido colonizadas por los RUNNER??????. Me refiero a esa moda que
ha invadido vilmente cada parque, cada calle, cada rincón verde y asfaltado de
la ciudad, la religión más practicada, CORRER.
Muchos de esos que antes ocupaban los
parques haciendo botellón abrazan ahora la religión del “runnerismo”. Correr está de moda señores. Antes el territorio
leggin estaba conquistado por las tías y hoy día, no hay tío que no tenga en su
armario unas mallas. Pero no unas normales, no, los tíos, ya sabéis, para eso
son muy tecnológicos. A la mayoría les gusta más un gadget que una porno y una
birra fría. Se compran mallas térmicas para que los huevos conserven su tamaño
habitual, a pesar de salir a correr en pleno enero y cayendo chuzos de punta.
Mallas con bolsillos estratégicos para colocar el móvil, el ipod el ipad o el
microondas. Sudaderas de colores indescriptibles para reflectar por la noche.
Lo entendería si son de Villarrubia de los ojos y salen a correr por la carretera
nacional a las 10 de la noche, pero Por Dios!! Si van a correr al Retiro que
está más iluminado que el Bernabéu en la final de la Champions.
Y por supuesto a cualquier “runner
advenedizo” que se precie no le puede faltar su pulsómetro…., pero no penséis
en un cronómetro de esos que usaba el profe de gimnasia para ver en cuánto
tiempo conseguías cruzar el patio del colegio no…, nada que ver. Se compran uno
de esos con GPS, bloothood, tres tarjetas de memoria, vamos que solo les falta
la puñetera termomix para fabricarse una barrita energética a mitad de carrera.
Uno de esos que el más barato cuesta 200 pavos. Sí 200 pavos señores, los
mismos tíos que convencían al camarero para que les invitase a la última, que
regateaban con el del taller y se pedían whisky DYC porque el internacional era
más caro, hoy se gastan 200 en un cacharro para correr!!!. Pero no se
equivoquen que el cacharro no corre por ellos, en las agujetas, el sudor
y el esfuerzo el bicho no participa. Y digo yo… GPS ¿pa qué???, ¿quién coño se
pierde por la Casa de Campo?? (exceptuando, los que se pierden a posta, claro,
los perdidos, nunca mejor dicho).
Y alguno me dirá… es que con el GPS sabes
la distancia que haces… ¿y para qué la quieres??, ¿para colgarla en el Facebook
y que la vean los colegas??. ¿No os dais cuenta de que habéis pasado de
comparar quién la tiene más larga a ver quién corre más tiempo??? Cuando
vuestra madre os decía “niño tienes que llegar lejos” no era literal, os lo
aseguro.
Así que los domingos in the morning, un
territorio inhóspito para todos ellos y colonizado por otras razas, los ewoks
(señoras bajitas con abrigo de visón dando el paseo), los pájaros avistadores (abuelos
viendo obras) o las osas y sus cachorros (mamás con niños gritando)… se han
convertido ahora en los domingos de los lampiños, los que se depilan hasta los
brazos porque aseguran que el roce del viento con los pelos de las piernas les
resta velocidad… bufff, ¿pero se han escuchao??.
Así que se han instaurado los domingos de
maratón. Maratón de Pitis, media maratón del Retiro, carrera popular de la Casa
de Campo, carrera de amas de casa del barrio del Pilar…, pero si no había quien
les sacase de Malasaña y pensaban que Moratalaz era Toledo y ahora se recorren
los barrios de Madrid más que un taxista!!!. Y en cada una de esas carreras,
cientos de nuevos modernos vestidos de licra fosforita estirando los músculos,
como estiraban la noche antaño…
Los miro y veo con nostalgia a esos
hombres machotes de pelo en pecho y en pierna y en brazos, los que se doblaban
las birras como hoy los Aquarius, que han pasado del sillón-bowl al runnerismo,
de tómate la última a… estoy dejando de fumar porque mañana tengo carrera, que
han abrazado el maoísmo del corredor cuando eran mahouistas convencidos!!!
Llamadme antigua…, pero echo de menos al macho ibérico, al macarra elaborado, al canalla trasnochado, al
vicioso con sexapeal, con aliento a ron y no a bebida isotónica. Que la única
carrera que conocían era la de unas medias cuando se les caía encima el capullo
del cigarro. Llamadme de pueblo, pero en el pueblo correr… sigue siendo de
cobardes, no de modernos!!.
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