domingo, 15 de noviembre de 2015

TÚ A HOUSTON YO A CADIZFORNIA

Hace unas semanas que volví de América, me encanta y me horroriza a partes iguales, “American horror story” o “Love story” ¿con cuál se quedan?. Y sobre todo... ¿Por qué nunca llegaremos a ser cómo ellos??. He aquí las diferencias entre una ciudad americana como Houston y una española, pongamos Albacete.

- En Houston no hay ni Dios por la calle. La universidad de la calle se creó aquí, de ella hemos aprendido todos, desde Belén Esteban hasta Botín. La gente disfruta de los parques al aire libre, hasta hace no mucho te llamaban al telefonillo de casa para bajar a jugar a la calle. Los españoles se sacan la birra a la calle, las terrazas son religión. Allí los únicos que caminan son los vagabundos y los turistas despistados. La gente va en coche de centro comercial en centro comercial y si quieres caminar... a la cinta del gimnasio amigo.

- Hablando de coches... son muy grandes. Bueno, allí todo es más grande. Los coches, los policías negros (siempre son enormes y negros) como una especie distinta, creada sólo para acojonar. En América un smart es el cochecito que regalan a su hijo de cinco años para que juegue en el jardín. Se mean en los Minis lo único Mini que tienen es la novia de Mickey (este chiste está forzao la verdad). Hay ruedas de coches americanos que son más altas que un tractor de la vendimia, vasos de Coca Cola como la Termomix y camiones que ocupan más que campos de golf en medio de La Mancha. 



- Por otro lado, en el país más desarrollado del mundo, donde han hecho de una manzana una religión. Donde MAC y Microsoft han nacido... no conocen que es una puta persiana en condiciones. Ese invento que hace posible que pases una resaca como DIOSMANDA sobando hasta las 3 de la tarde y que hace que no te descompongas como un vampiro con el sol entrando a las 6 de la mañana. Tampoco saben qué es una cadena del wáter normal. Esa que no se recrea, que succiona todo lo que haga falta a la primera. Ellos tienen la que hace «efecto heiser», eleva todo el tema para enseñarte lo más sucio del interior humano y luego por fin se lo traga. Por el contrario, su papel del wáter es cojonudo, sí, con doble, triple e incluso cuádruple capa. Calidad señores. A medida del culo de un poli negro.

- Les salva que no saben lo que es el gotelé. El tipo que lo creó, claramente era español y tenía miedo a volar en avión, nunca cruzó la frontera, porque somos el único puñetero país que convivimos con él. Hemos hecho marca registrada. 

- Fumar-beber tojunto, una combinación maravillosa en la vida, es posible todavía en las terrazas españolas. Allí, te ponen una bolsa de cartón cuando pides una lata de birra en una gasolinera, como si fueras un yonki. Y si quieres fumar tienes que hacerlo lejos, muy muy lejos, tan lejos... que a veces cambias de estado y ni te has dado cuenta. De Miliwoki a Cincinatti con un pitillo.

- En Houston todo engorda. La lechuga engorda, el pepino engorda, el brócoli engorda, todo lo verde engorda... y si lo verde engorda imaginaros el resto... Ellos son los reyes de la salsa y no los dominicanos, todo lleva salsa, barbacoa, mayonesa, sirope de arce, mantequilla de cacahuete... 

- Hace mucho frío, todo el rato, en todos los sitios interiores. Houston tiene una temperatura ambiente de 30 grados en octubre, en verano más de 40. Pues en el interior de cualquier sitio, bar, súper, museo, coche, piso, baño, el aire acondicionado sopla más que el cierzo zaragozano en diciembre.

- Son muy horteras, sí, y cuanto más ricos más horteras. La pasta es inversamente proporcional al estilo. Ellos no inventaron los calcetines con sandalias, ahí los alemanes se les adelantaron, pero el resto es culpa de ellos. Porque un gordo con una camisa hawainana, un sombrero de cowboy, careto operado a lo Mickey Rourke, y sandalias de cuero a lo discípulo de Cristo... hoy puede parecer hipster, pero ha sido un hortera detodalavidadeDios. Sí señores, lo he petao en Houston. Allí con una falda del Primark y una camisa de 5 pavos del HyM eres la puñetera Anna Wintour. Que por cierto es americana, pero recordad que Nueva York no es América, es un pequeño búnker perdido, donde todas las personas a las que se les incendian las pupilas viendo a un «red neck» de Utah, se han encerrado allí. 

- Su concepto del glamour es un croisssant y un capuccino, cortar unas verduras en una tabla de cocina mientras se toman un vino de mierda (porque sabemos que los vinos de Napa son de mierda) y decir que una vez estuvieron en París.

- Sonríen todo el rato, te desean «have a nice day» (el 90 por ciento de los españoles menos Leonor Watlin y Gunilla Von Bismark) no lo entenderán), pero traduzco: «pasa un buen día». Los camareros te atienden antes de que lo pidas, no han desarrollado esa habilidad típicamente española de mirarte fijamente cuando tienes la mano arriba y hacer que no te ven. Disfrutan con su curro, no tienen esa cara tan española de amargue vital por estar sirviendo cafés. Allí, un camarero del Starbucks parece un ejecutivo de una macroempresa que se toca el pie cada día y va a currar en calzoncillos con un sueldo de 20.000 dólares al mes. ¡¡¡Les encanta su trabajo!!! ¡¡¡sonríen!!!. Creo que la sobredosis de azúcar en los muffins tiene el mismo efecto en ellos que el LSD. 

- Les flipan los destructores de basura. siempre hay uno en cada cocina. Es su particular bola antiestrés. Eso y pegar tiros, nosotros los pegamos con la playstation, ellos, de verdad.

- Sus casas no tocan el suelo. Y debajo tienen siempre garajes con muchas herramientas. Porque construyen todo. Una mesilla «esttronferguanter» del IKEA que para un español medio es más difícil que montar el cubo de Rubik, para ellos es como un rompecabezas de dos piezas, tardan 5 minutos. Los reyes del «do it yourself» traduzco de nuevo. «hazlo tú mismo».

- Y esto me lleva a una gran diferencia, allí to Cristo habla un inglés impoluto. 


- Eso sí, en Houston no saben pronunciar la J ni la Ñ. Algo que parece vanal y supérfluo, no lo es, porque dicen HINAR. Y nunca podrán GIÑAR en condiciones, por mucho papel bueno que tengan.