domingo, 21 de diciembre de 2014

LA SERVILLETA NACIONAL

Después de mis recientes vacaciones, de pasar una semana en Perú y otra en Nueva York, he llegado a una conclusión: Las servilletas definen países. 



La primera vez que comí un ceviche en Perú fui a limpiarme con una servilleta y entonces me di cuenta. Una servilleta peruana está compuesta por una sola fina capa, de esas dos que forman una servilleta europea. 
Y entonces me explicaron la profesión del separador de servilletas. Un tipo que se pega 12 horas al día dividiendo en dos partes las servilletas europeas para rentabilizarlas. De modo que los servilleteros peruanos están llenos 
de cientos de alas de mariposa. Servilletas etéreas y tansparentes. La transparencia de la que gozan ya muy pocos países y que se ve enturbiada muy fácilmente por las cosas de mayores, ya saben, la política y los negocios. 
Una servilleta que cuando la llevas a la boca sigues manchado y arrugas y logras hacer una pequeña pelotilla más pequeña que un moco, y de aquí viene lo de que cuando Alemania estornuda España se resfría…, pues cuando España se  resfría Sudamérica ya lleva moqueando una eternidad. Entonces te preguntas… ¿de verdad es rentable?? si tienes que emplear 10 servilletas para limpiarte mientras que en Europa usas las mismas, cinco dobles. Pero sí, esa sensación del servilletero lleno, de la opulencia superficial y engañosa, de la abundancia escasa y fláccida, como los estómagos hinchados de los niños de África, con el mismo diámetro del de un gordo europeo, pero vacíos, llenos de arroz y agua dando vueltas. La apariencia y el poseo, porque en Perú se posea y no se posturea; se está rico, pero no la comida, el tiempo; algo no es cojonudo, es buenaso y no se dicen bromas, son genialidades… 
Eso es Perú, lleno de colores en las telas, pero gris en el carácter y en el tiempo limeño. Con servilletas que no te secan porque esto es húmedo y huele a tierra y a pescado, y a leche de tigre, a ácido, a fuerte.



Entonces llegué a Nueva York y me limpié tras comerme una hamburguesa, y entonces me di cuenta de las 5 capas de servilleta. Aquí no hay separadores de servilletas, aquí hay lobbies, de los que juntan, papeles e intereses. Una servilleta tan gruesa como la alpaca, pero de usar y tirar, que abrigan además de limpiar. De las que son tan orondas que avergüenzan o tapan vergüenzas con salsas. Porque aquí todo se enmascara,  con sirope, barbacoa y queso fundido y hacen suyo lo del otro con más éxito. Y reinventan la comida mexicana con los burritos, tan sólo poniendo más capas, al guacamole y a las servilletas. Sin saber que, por muy gruesa que sea una servilleta, la vas a acabar tirando. Y después de todo, tras limpiarse… fina o gruesa, ninguno de los dos está limpio del todo. 

domingo, 7 de diciembre de 2014

REINVENTADO LA SEMANA

La semana ha cambiado… supongo que por otra cosa más grave… y es que Madrid ha cambiado, atrás quedaron los dulces tiempos en los que la juerga era diaria e igual de potente un lunes que un viernes, que era paraíso Sodoma-gomorrero de turistas con ganas de noche, after y borracheras que dan la vuelta a la esquina del día como las colas de Doña Manolita. Tiempos de nostalgia aquellos en los que podías acompañar el pitillo con la birra en la mano sin que un camarero-portero-carcelero te eche el ojo como en un campo de concentración y te haga dejar la cerveza dentro, mientras se calienta o algún listo te la levanta después de fumarse su propio pitillo. En fin, que la semana ha cambiado por eso hay que reinventarla...

Empecemos por el VIÉRCOLES (los antiguos miércoles) porque empezar por el lunes siempre me ha dado pereza. Que de toda la vida han sido los  juernes… hoy, hoy son el desierto, la desolación, el apocalipsis zombie. Y más cuando ponían el cine a 3,90. Esos días los bares se vacíaban, las calles se vestían de eco y las aceras se desnudaban de pisadas. Partiendo de la base que lo del cine es estupendo… propongo a los bares que contraoferten y el miércoles sea el día de la caña por menos de un euro, o de la tapa gratis… Y ya lo estoy viendo, te lías, te lías y lo que era un miércoles normal, insulso, corriente, se convierte en un viércoles brillante, pleno, divertido, extremo… de peli barata y birra barata… ufff demasiada ciencia ficción no??

LOS JUERNES: Un clasicazo. Ese día en semana que barrunta juerga, porque llevas ya tres días en casa siendo bueno, tragándote en casa pelis de mierda acompañadas de una tortilla francesa. Y ya estás hasta el moño del pijama, además, Y LO SABES (que diría un maestro de la canción ligera), ayer te quedaste en casa, en vez de hacerte un cine a precioputa y acabaste abriéndote una birra en casa sola/a obviando la sensación de ser una yonqui solitaria que bebe solo/a en el sillón. Y entonces sabes que solo hay que aguantar un día más en el curro y puedes con ello, o eso te crees, porque luego el viernes por la mañana estás que no puedes moverte y es que ya no tienes ni edad ni juernes


LOS VIERNES: Siguen siendo viernes, el día del placer, alegría, gozo, “Alabaré” que dirían las monjas, cualquier adjetivo se queda corto, raquítico, espartano. Dos días por delante para perder de vista al jefe…, pero un día también en el que mucha gente se queda en casa porque es el día en que sale todo el mundo. Tolais ilusos… es el día en que las tías están cansadas de currar toda la semana, cogen con ganas las copas y con el cansancio semanal se pillan un pedo antes y tú puedes pillar más fácilmente. Además emborrachándote el viernes, el domingo ya estás recuperado y puedes estar zampando como un bestia en casa de tu madre o suegra, o hacerte un vermut torero para acabar pedo el domingo y estar de mierda el lunes, y no quitarle el nombre al lunes de mierda, que ese nunca cambia.

En tu mano está cambiar los SÁBADOS A SÁBADO SABADETE, la gente se busca un casquete, o se va a casc… no hace falta ser soez, para eso están los borrachos que mean en las esquinas. Esos días donde se abren las puertas del patetismo como los cerezos en primavera, ordas de preadolescentes cuarentones que toman las calles o jovenzuelos que escuchan los cuarenta, potando en la calle. Sí, esa escena del tipo sujetando la frente a la chica mientras le mira el culo queriendo tirársela y diciéndole que se le pasará…, esos tiempos donde después de hacerla vomitar te la sudaba el aliento e incluso obviabas un trozo de pimiento furtivo porque lo único que querías era pasártela por la piedra… eso no ha cambiado, esas escenas intrínsecas al sábado nunca cambiarán como no cambia el garrafón de mierda. Lo que sí ha cambiado son las colas en los garitos, hoy día te ponen alfombra roja si entras, los atascos en el centro son cada vez más escasos, como los taxis ocupados en la Gran Vía, a las 3. Pillar un taxi hoy día es más fácil que medio gramo en Ibiza.



DOMINGO: El día del señor. Un día donde la gente del extrarradio va a la Latina a "Latinear" porque hacerse un latineo es religión y paletismo a partes iguales. Domingos de chándal para algunos y misa para otros y las dos cosas juntas para el yonqui que pide en la puerta de la iglesia. Domingos de pijama, periódico y autodefinido de El País, vegetación, sofá y viajes a la nevera a deshoras a comer subproductos que hinchan la arteria y aplacan la resaca. El domingo, un día versátil que siempre cambia, para algunos y para todos, los de la excursión a Navacerrada y los del picnic en El Retiro, los del cine de las ocho y el teatro a las 6 con el abrigo de pieles, los del bingo o los del kiki en la siesta. El final de la semana, la despedida, the end, la tristeza, como el último capítulo de Breaking Bad, quieres saber lo que pasa, pero no quieres que acabe porque lo que viene es la desesperación, el desierto, la nada, la rutina, el volver a empezar, la pescadilla que se muerde la cola… el lunes.



LUNES: que no cambiará nunca, porque es la mierda, la grosura, el comienzo del apocalipsis, lo inevitable, la cara de tu jefa, las ojeras, la nostalgia del finde. La miseria, las lavadoras y los tuppers, la cotidianeidad más mundana y corriente. Un día en el que se hacen imposibles las miradas furtivas del metro porque todo el mundo va sobado. Donde contestas mal a los carpetillas que te paran por la calle, quiero decir peor que de costumbre. Un día donde no aguantas que la maruja se te cuele en el súper y le montas un pollo más grande que el que se metería Carmina Ordóñez. Un día marrón, porque el gris tiene su punto y porque la mierda es marrón de toda la vida. 24 horas que huelen, atufan a mediocridad y patetismo cíclico porque sabes que habrá más de esos y eso te aboca a la resignación autómata del VARTES!!

LOS VARTES: Que no es mucho mejor y por mucha uve que le pongas seguirá siendo martes, ni te cases ni te embarques ni te líes porque queda mucha semana por delante. El hermano alto del lunes, sí, es más alto, pero igual de feo, así que no te lo tirarás nunca.

Pero la vida está llena de viércoles y juernes y viernes y sabadetes y domingos al sol, y en nuestra mano está inventarnos la semana y el calendario y convertir un lunes de mierda en un sabadete, por difícil que parezca y por muy mal que huela es posible, creédme. Hoy estoy escribiendo esto pedo y es lunes.


domingo, 26 de octubre de 2014

EL PATIO DEL RECREO

Hace 20 años tenía 15, una edad maravillosa, casi como los 35. Una edad en la que salías de casa después estar durante una hora atusándote el flequillo cortina, te calzabas tus pantalones Levi,s remangaos, y por supuesto te colocabas las hombreras con el belcro que te había cosido tu madre para que no se moviesen del jersey. Salías con tu mochila directa al cole y ahí le veías, al fondo, como una visión, con cara de rubio guaperas de anuncio de Cola Cao o foi gras La Piara… hablando con sus colegas feos, porque un guapo de esas dimensiones siempre se junta con feos para resaltar más. Con un balón de reglamento en los pies y una carpeta desgastada, soplando su flequillo, con pose chulesca y mirando de reojo a las 8 chicas que, como yo, no le quitábamos el ojo de encima.



En clase, lo de siempre, una profesora plasta, las empollonas en primera fila, la guapa de la clase que a veces coincidía con la guarra de la clase y otras, además de guarra era fea. Los trepas haciendo la pelota a la profe y todos con el bocata debajo de la mesa con una mezcla de chorizo, choped y queso fundido que se pegaba a la pituitaria igual que al papel albal. 

Sonaba la campana y llegaba la hora del recreo y aquí comenzaban las maniobras de apareamiento preadolescente. Intentabas hacerte la encontradiza en la puerta del patio, te rozabas y te excusabas con un “me han empujado”, porque para salir al patio se montaban peores atascos que en la M30 un lunes morning.  Luego sonreías con cara de tonta. 

Te sentabas en un banco a observar con tus amigas el panorama, mientras el grupo de simpaticones se acercaban a vosotras a contaros chistes y hablar de la última peli, conversaciones animadas que compartías con gusto desde la distancia, porque tú estabas hipnotizaba por el vaivén de su flequillo mientras jugaba al fútbol. Y en el momento en que te preguntaban por la peli, te levantabas a recoger el balón, que casualmente se había despistado a tu lado y le devolvías la pelota con cara de mongola dejando a tu colega el simpático con la palabra en la boca y la autoestima en los talones. 

Te comías el bocadillo, compartiendo con el resto… criticabas a los profes, a las empollonas de la clase y mirabas con envidia y autosuficiencia a la guarra que llevaba una camiseta ajustada blanca y se le transparentaba la tira del sujetador más que a tí.

Tras la campana, salías desesperada como un preso al patio buscando la libertad y te metías directa a la sala de máquinas, por la noche botellón, te fumabas unos pitis a escondidas, te pillabas un pedo que hacía cualquier monosílabo impronunciable, acababas declarándote a flequi a través de una colega que le decía que te gustaba (porque tú hubieses dicho algo como meekhfsah gustllashhh mushhhhooo ) y finalmente pasaba de tu culo. Pero ahí estaba el simpático para aprovechar el tirón, te metía boca y acababas morreándote con él y te tocaba teta por fuera (porque tú podías ir pedo, pero guarraguarra no eras, o por lo menos no con un feo). Llegabas a tu casa y te encontrabas a tu madre enfundada en guatiné escudriñando tu cara de borracha, mientras le decías que la hamburguesa de la cena te había sentado mal.



Y hoy, 20 años más tarde, sales de casa después, esta vez, de despeinarte el flequillo (porque ahora cuanto más despeinao, más mola), te calzas tus minishorts desgastados con bolsillos por fuera, una camiseta de Dolores Promesas y un blazer más largo que los pantalones, tus New Balance y tu bolso vintage. Vas directa al metro y llegas al curro, allí está, tomando café con otros compañeros, os miráis… y él mira también a las otras cinco, que por cierto se ha tirado. 

Está casado…, pero todas saben que anda mal con su mujer, y si no, no pasa nada. Cada uno va a su mesa, que es igual que el pupitre, pero sin estar en fila en india (siempre he querido escribir fila india, que junto con piripi son las palabras más fetén del mundo del léxico vintage de madres). El jefe tocando las pelotas para variar, y allí están los trepas entrando a su despacho y  también, la que se ha tirado a toda la oficina incluido el jefe, la guapa-guarra, aunque aquí son más de una porque conforme te haces mayor te vuelves más guarra (el efecto semepasaelarroz y hay que ir a por todas)… y todos con su tupper en el bolso, oliendo a lentejas con chorizo y a la ensaladilla que sobró de la cena de ayer. Un olor como a comedor social o campamento de verano que se pega a la putiutaria igual que al papel albal again.

Llega la hora del descanso, te haces la encontradiza en la puerta del baño… o pasas por su mesa a pedir unos papeles absurdos mientras él sigue mirando el culo de la guapa-guarra. Miras de reojo la foto de su mujer y su niño, con pena… y cierta envidia a la vez. Sigue teniendo flequillo (gracias a Dios, donde hay pelo hay alegría). Mientras, en la comida pones verde a los jefes y te dan charla los simpaticones, que hoy uno es gay y el otro gordo y calvo, te hablan de la última expo de Photo España, tú escuchando de soslayo la conversación sobre el Mundial y el último concierto en la Sala Costello, mientras criticas los short de la guarra que son más short que los tuyos… 

Sales a un garito, te tomas unas copas, acabas pedo y declarándote con el mismo discurso, pero esta vez sin usar a tu amigo, se lo dices tu misma que es más maduro ( meekhfsah gustllashhh mushhhhooo), pero estaba claro que iba a elegir a la guarra-muchomasguapaquetú, al final tu amigo gay se pira y te tiras al gordo, sí, porque a estas alturas, la teta por fuera… sabe a poco.  Tienes el mismo poco dinero que entonces porque te pagan una mierda, así que en vez de fumarte un pitillo les pides a una pandilla de jovenzuelos que te inviten a un porro. En tu casa no están tus padres esperándote, pero tienes al gordo sobando al lado cuando te levantas, que es mucho peor, y esta vez la hamburguesa le ha sentado mal a él.


Y te das cuenta de que han pasado 20 años, pero en realidad no ha cambiado nada, sigues llevando los pantalones cortos, sólo que eres más guarra, en vez de darte unos morreos echas unos polvos, y no tienes un pavo y comes más choped que jamón y la vida es un patio de recreo al que salimos de vez en cuando a desahogarnos, con las mismas guarras, pringaos, pelotas, gordos, aspiraciones, arroces pasados y listillos de medio pelo y medio pelo es literal porque escasea mucho más, y donde la mayoría tira balones fuera. A pesar de eso, bendito recreo, siempre he sido más de estar en el patio que en clase. 

domingo, 5 de octubre de 2014

i Nmundo FELIZ

Son tiempos de whastapp, de i Cloud e i Love, pero sin you
de Skype y Tinder,
de rollos por catálogo virtual
de besos en forma de emoticono y arrobas
sueños de almohadillas en vez de almohadas,
son tiempos de acortar frases y versos y besos…

"Malos tiempos para la lírica" y la poesía,
tiempos donde los sellos son discográficos y no están en las cartas
tiempos de portales y no de postales.
Tiempos de hastags, de tuits tan rápidos como los kikis,
tiempos de clicks y no de clips.

Tiempos de series de capítulos y no de pelis,
de continuarás si la audiencia lo pide, aunque no haya historia,
tiempos pasados que el viento se llevó,
de señoritas sin escarlata,
de putas baratas.



Tiempos de fotos sin álbumes que nunca miras,
de recuerdos en el aire, en la nube,
¿a qué huelen las nubes??
en estos tiempos a podrido, a infierno sin cielo,
tiempos de insta con gram y sin glam.

De muros de Facebook y no de telones
de guerras cibernéticas y no frías
de bandas sin bandos, de grises
tiempos de cibers…
sin mapas y con maps, googles
y nuddles calientes en cinco minutos.

Tiempos de encabezados con “holas” en vez de “Estimada señora”.
De compras con tarjeta, tiempos sin rozar teta,
sólo teclas,
tiempos de espacios sin letras.
De podcasts sin postcards,
tiempos de símbolos sin llamadas, 
de líneas cortas, de puntos…
finales,
de putos finales seguidos
uno tras otro,
como los tíos.

Tiempos de silencio de Luis Martín Santos
y tiempos perdidos tras la pantalla
con el reflejo de tu cara
o de tu face con libro,
sin hojas que corten las yemas…
tiempos con penas
que se airean en la red
sin pescados, los pecados.

Tiempos sin vergüenza, 
tiempos de ciencia
ficción o realidad, pero virtual
el mismo mundo…

Un MUNDO FELIZ, según escribió Aldous Huxley hace ya 82 años,
no se equivocaba, todo un visionario,
por lo menos en lo de In MUNDO.

domingo, 14 de septiembre de 2014

EL SÍNDROME DE LA SEÑORA DE ESPAÑOLES POR EL MUNDO

Volver al curro es la muerte, volver cuando hace una ola de calor que te suda hasta el canalizo es el horror, volver después de un mesaco de vacaciones en el que te has recorrido otro país, has vivido experiencias maravillosas, te has bañado en mil playas, has conducido kilómetros, conocido ciudades, bailado cien canciones en 30 conciertos diferentes, conocido a personas increíbles con historias distintas y has hablado en otros idiomas (chapurreado vamos), bebido mil birras distintas (y aquí las mil no es un número al azar)… después de todo eso, la vuelta es más irritante que las fans de One Direction.

Supongo que este post es fruto de la depresión postvacacional, que es de las pocas cosas que emite cada septiembre la tele y es pura realidad. Un síndrome que se concreta en asqueamiento vital cuando vuelves a tu trabajo y ves las mismas caras, los mismos gestos (que diría Barricada), angustia cuando ves tu sillón, tus cosas, miras la maleta y recuerdas lo vivido, falta de respiración cuando abres de nuevo tu nevera vacía y tus plantas están más secas que la pata de una paloma. Microinfartos al descubrir que has engordado 3 kilazos y el moreno desaparecerá en dos días porque te estás pelando. Y sobre todo, esa empanada mental que se materializa en preguntas tan sencillas, vacuas, fútiles y concretas como… ¿qué quiero hace con mi vida??, ¿por qué coño tengo que ir todos los días al mismo curro y hacer lo mismo si lo que quiero es viajar eternamente??, ¿pirarme??.. Y es entonces cuando  el síndrome posvacacional muta en el SÍNDROME DEL CHIRINGUITO: Lo que viene a ser… monto un chiringo en la playa, me piro de aquí y voy tol día en bermudas y con la cosa colgando. Como yo no tengo cosa que me cuelgue (el bikram yoga hace maravillas)  y a mí el mundo de la hostelería me apasiona, pero sólo al otro lado de la barra, he desestimado el síndrome del chiringuito y lo he rebautizado como EL SÍNDROME DE LA SEÑORA DE ESPAÑOLES POR EL MUNDO.




¿Y qué significa esto?? Pues que de “más mayor”… quiero ser señora de españoles por el mundo. Esto se concreta básicamente en: irme de aquí y casarme con un tipo (preferiblemente con pasta) que me diga honey por las mañanas, que siempre ha tenido más clase y me ha gustado mucho más que churri. Que cuando el reportero llame a mi casa y me diga, ¿podemos ver tu casa?? yo diga, sí por supuesto, ¿de España de dónde?? y me vengan a la mente mi infancia en Calatayud, los manzanos, el río, la cara de algunas petardas del colegio viendo el programa y flipando, diciendo: “míra ésta al final ha cruzao el charco y está hasta delgada, qué perra”. Enseñar un casoplón de esos de revista de moda por el que en un país caribeño pagas 500 pavos o 4000 al mes si estás en América, pero lo importante es que lo puedas pagar. Que la entrevista se vea interrumpida por María Dolores (la chica que tienes limpiando en casa y que apresuradamente tienes que explicar en la tele) “es como de la familia ,¿verdad Dolo?” y dejas muy claro el gesto de complicidad de las dos. 

Y aparecen dos niños monísimos, pero sobre todo y lo más importante, es que son bilingües y te has ahorrado una pasta en el británico de Madrid, que viven felices que estudiarán y viajarán porque tú lo has hecho y se darán cuenta de que moverse y conocer otros sitios es parte importante de su vida. Y entonces… todos se preguntarán… ¿pero qué quieres ser?? mujer florero???. No no noooooo, porque tú eres una mujer inquieta, viva, activa, y te has montado tu empresita allí, y trabajas desde casa en tu habitación con vistas al mar, además de pintar unos cuadros y colaborar con tres ONG,s de causas perdidas que alimentan tu conciencia solidaria y tienen el mismo efecto por las noches que una dormidina. Y tras media hora de reportaje donde te percatas que la periodista está observando tu vida verde de envidia mientras elogia tus Jimmy Choo… al final, aparece tu marido, guapetón, o no, tampoco demasiado, pero buen tío y lo más importante, todavía con pelo. Os dais un besaco, con lengua, que le den por culo al horario infantil porque ya que me pongo a imaginar, no me da la gana uno de esos piquitos correctos y rutinarios, porque os seguís poniendo mogollón a pesar de los años. 


Él, llamémosle John, ya habla español perfectamente y tú has aprendido el inglés estupendamente. Primero porque es necesario comunicarse y segundo porque follar y gritar en otro idioma es absurdo, antinatural y es como vivir en una porno subtitulada. Así que ya podéis decir, él: “Oh my God!!” Y tú: “Sí sí sigue, sigue” y todo el mundo lo entiende. Y entonces, llega la hora de la despedida, la reportera se tiene que marchar y te hace LA OBLIGADA PREGUNTA: ¿volveréis??, y tú te quedas mirando a tu marido, luego al infinito… y piensas en tu familia, titubeas para no ofenderles, pero luego piensas… ¿volveré??? y ahí es dónde está mi cabeza… esa es mi misma pregunta, sin honey-maridito, ni casoplón, ni bilingüismo, me pregunto… ¿will I come? (con acento chungo). Y entonces apagas la tele y te das cuenta de que también es mentira y que lo único que emite la tele que es verdad es el reportaje sobre el síndrome postvacacional. 

domingo, 20 de julio de 2014

EL ÚLTIMO DÍA DE TU VIDA

¿Cuánta pasta os habéis gastado en la sección de libros de autoayuda de la FNAC?? Aunque escondáis de vuestra librería a Paulo Cohelo o Jorge Bucay, todos sabéis que en alguna época de bajona habéis buscado ansiosamente títulos como: “En Busca de la felicidad”, “La felicidad está en tu mano” o “Ser feliz es fácil”. Igual que nunca admitiréis haberos tirado un pedo o votar al PP… nunca admitiréis esto, pero nunca más necesitaréis literatura de autoengaño porque yo tengo las claves.
Alcanzar la felicidad máxima es sencillo, os lo digo después de un exhaustivo, certero, exacto, universal e irrefutable estudio estadístico que me ha llevado a estas cuatro acciones concentradas en 24 horas. FOLLAR, DORMIR, COMER y CAGAR. Sí, y además en este caso el orden de los factores sí altera el producto.
Imaginad el último día de vuestras vidas, el apocalipsis, en 24 horas un meteorito arrasará la tierra, en realidad no tenéis que imaginar mucho, vale cualquiera de los millones de películas americanas que sacan cada año y en los que el final es un fundido de la bandera americana con un beso de los protagonistas. Pues eso mismo, pero sin bandera, porque ya sabéis, aquí lo de sacar el rojo y amarillo da grima y dejas de ser moderno. Volviendo al tema, ¿24 horas y qué haríais??.

Pues para empezar… FOLLAR: con un buenorro o una buenorra, porque como todo el mundo sabe que es su último día de vida y no hay que perder tiempo, es la oportunidad perfecta para que no te den calabazas. No hay tiempo para viajar, desplazarse y buscar a tu novio que está de reunión en Londres o a tu ligue de Ibiza, no. Así que es la baza de los feos, de los bajos, de los normalitos, de los simpaticones, de los buenas personas, la famosa frase: “A follar que el mundo se va a acabar”, nunca tuvo más sentido.
Después de unos polvos salvajes, porque si vas a morir en 24 horas, seamos sinceros, no estás para besitos, abrazos y mariconadas que restan tiempo… estás tan cansado que te duermes como un bebé. Algunos pensarán que DORMIR es una pérdida de tiempo, pero no, dormir unas horas cuando tienes sueño y después de unos buenos “kikis” es uno de los placeres más inmensos que hay, y si encima tienes algún sueño húmedo, matas dos pájaros de un tiro.

Y como 120 de cada 100 doctores aseguran, después de un gran ejercicio físico y una buena sobada, tienes más hambre que un perro chico, así que comes como un reo en el corredor de la muerte, como si se fuese a acabar el mundo (vamos exactamente así. literal). Te dejas de dietas, de lechugas, de guarniciones, de pechuga de pavo y arroz blanco, de barritas energéticas y te vas a por la barra de lomo. Grasa en vena, el bocata de tortilla con mayonesa que hace años que no te comes, la tarta de chocolate que incendia las pupilas de las anoréxicas, un corderazo segoviano… y todo el mundo sabe que un corderazo segoviano en tu cuerpo… no aguanta mucho, así que hay que dejar espacio.

Y aquí viene el último placer vital CAGAR. Sí, absténganse las remilgadas, las repijas petardas, las finolis de pacotilla, las que visten en colores pastel, las princesas, las nuevas reinas, las del barriosalamanca y el Viso, porque todas ellas, señores y señoras… CAGAN. Sí, aunque lo nieguen, lo oculten, lo obvien, lo evadan, lo intenten olvidar o sean capaces de cortarse la lengua o inmolarse antes de admitir en público que lo hacen. Un amigo mío tiene un test infalible, sabe si una tía merece la pena cuando le pregunta: si hubiese una pastilla mágica que te ahorrase el ejercicio de CAGAR (lo pongo en mayúscula porque después de un cordero, en minúscula no tiene sentido), ¿la tomarías??. Si ella responde no, es la mujer de su vida, si responde sí, es alguien que está dispuesta a renunciar a los placeres terrenales, a quedarse más a gusto que un arbusto, sólo por el que dirán y entonces no merece la pena.
Y bien, partiendo de la base de que todo el mundo lo practica y que la cara que se te queda después de CAGAR es de absoluta felicidad, es ineludiblemente la cuarta cosa que completa tu último día perfecto en la tierra.

Y si no están de acuerdo con esta teoría de la felicidad completa, la que sí es irrefutable es la de la infelicidad… porque el peor día de cualquiera sería… echar un mal polvo en ayunas de empalmada (y me refiero a no dormir en toda la noche), comerte un trozo de pizza del día anterior y estar estreñido. Así que sólo por la teoría de los contrarios, mi análisis es ganador.
A todo esto, queridos lectores/as, este es mi último post antes de las vacaciones. Lo que viene a ser el apocalipsis del curro y la llegada al paraíso, más o menos como si un meteorito arrasase mi oficina, pues eso, que me quedan cinco días para abandonarme a la felicidad completa. Y voy a empezar por el punto número cuatro.
PD: Post inspirado en las sabias paslabras de un maestro de la escatología, K.

lunes, 30 de junio de 2014

BI-PARTYDISMO VITAL

En estos tiempos en que el bipartidismo está de capa caída yo reivindico el bipartidismo vital. Antes si eras rubia no podías ser morena, hoy las raíces son moda. Si eras mujer no podías ser hombre, hoy la transexualidad es un hecho. Antes, si eras de izquierdas no podías ser de derechas… hoy los políticos comparten discurso. Pero hay cosas en las que los grises no existen, el bipartidismo vital, ahí van algunos ejemplos, la vida se divide entre los que:

Opción A. Son de Colacao
Opción B. Son de Nesquick.
O lo que viene a ser lo mismo, la gente que le gusta la espesura, el grumo vital, la intensidad y los que les van los polvos rápidos que se deshacen pronto.

Opción A. Ser lector del horóscopo
Opción B. Ser lector de El País.
Los que les gusta saber qué les depara el futuro o los que disfrutan con la mierda que ofrece el presente, soñadores o pragmáticos. 

Opción A. Los de Poesía de Machado
Opción B. O los de rimas con Torrelodones y Cinco.
O lo que viene siendo… “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero” o por el culo te la hinco. 



Opción A. Los amantes de los animales.
Opción B. Los que se la pelan los animales.
Es decir, los que ponen fotos de sus mascotas en internet personificando cada una de las estúpidas acciones que protagonizan sus perros o gatos o los que pagan una riñonada por ver a José Tomás con un puro en la boca.

Opción A. Los pro-trono.
Opción B. Los tronistas.
Los monárquicos, esos que creen en el campechanismo ilustrado y ven en el recién abdicado, un hombre cercano que igual coge una moto pedo en mitad de la noche sin que le pare un poli, que igual se tira a Bárbara Rey. O los de "Mujeres Hombres y Viceversa".

Opción A. Los que son del Museo del Prado.
Opción B. Los que prefieren el Museo de Jamón.
Aquellos que vibran (esta es una palabra que marida de lujo con el arte) durante horas con "El Jardín de las Delicias" de El Bosco. O aquellos que más que vibrar,  les tiembla la mano después de siete cañas y dos raciones de jamón ibérico con codo apoyado en barra de madera. Para los que estar rodeados de cuadros es los más sublime y para los que el cuadro más bonito es una pata de jamón colgando.

Opción A. Los de Taylor Swift
Opción B: Los de Miley Cyrus.
Que es lo mismo que ser de Cayetano o de Paquirrín. Te va la belleza clásica, Rodin y sus proporciones, el buenismo, Disney y la sosez. O prefieres las cachas en forma de body de lentejuelas encima de un escenario o una barriga peluda, la belleza escondida que hay que descubrir, la sal de la vida.

Opción A. Culistas
Opción B: Tetistas.
Los hay a los que los culos les vuelven locos o los que se mueren por un escote. En la vida hay que elegir entre enseñar canalillo o llevar minifalda, eso lo saben 90 de cada 100 madres, si no, serás una guarra. Y la única persona que lo puede enseñar todo sin que te pidan tarifa… es la novia de Ronaldo. 

Opción A. De profiteroles.
Opción B. De analgésicos.
Aunque los dos suenan a medicamento (porque... ¿quién coño puso a un pastel el nombre de una medicina?). Viene a ser las que para evadir el sexo siguen diciendo que les duele la cabeza o las que para suplir la falta de sexo se ponen tibias a pasteles de chocolate.

Opción A. De Nancys
Opción B. De Barbies.
Las de Nancys eran las que apuntaban al intensismo, las que han acabado siendo biólogas, filólogas, antropólogas o ingenieras. Las de Barbie, el petardismo de toa la vida de Dios. Se empieza por una Barbie y se acaba con los pechos operados y andando de puntillas. 

Opción A. De Massiel
Opción B. De Pocholo.
O lo que viene siendo drogadictos punto cero o drogatas folclóricos. Los de Pocholo son los amantes de la química y los Massielistas, los cubateros con paquete de Marlboro en el bolsillo de la camisa. 

Opción A. De McDonalds
Opción B. De Burguer. 
Aunque es la misma mierda… los segundos piensan que a la hora de comer... el tamaño sí importa.

Opción A. De Fanta
Opción B. De Mirinda.
La única diferencia, la edad, si no sabes qué es una mirinda, tienes menos de 40. 

Opción A. Los de intolerancia
Opción B. Los de tolerancia cero.
Los sinceros o los que les gustan los eufemismos. Los segundos son los mismos que nunca te dirán que tienes un moco en la cara y te dejarán hacer el ridículo durante tres birras más.

Opción A. De Mac.
Opción B. De PC.
Te van las manzanas o eres de chuletón de Ávila.

Opción A. De cuadro Vichí.
Opción B. De print.
La diferencia en realidad es de dónde eres, o de Móstoles o del barrio de Salamanca.

Opción A. De Tinder y Grinder.
Opción B. O de barra de bar.
Que es lo mismo que analógicos o tecnológicos, pero en realidad ambos quieren echar un polvo fácil.

Ahora, fiel lector/a, has de marcar con un círculo las opciones elegidas a modo de test de la Súper Pop:

Opción A. Tienes mayoría de Bes
Opción B. No has hecho el test.
La diferencia es si eres un looser o un tío listo que tiene mil cosas mejor que hacer que esta gilipollez.

domingo, 8 de junio de 2014

MADRIZ CON Z

Madrid es un crisol de culturas, una ciudad ecléctica, un icono de modernidad, cosmopolita, abierta, openmind y pasando de topicazos petardos… Madrid es mucho, sí. Muchas cosas y demasiadas personas. Una ciudad donde los camareros son rancios, pero tiran bien las cañas. Donde la cultura urbana hierve a ritmo de gallineja y entresijo. Una ciudad de chotis, de chulos, de Chueca, de chinos y de chatos, chachi, dabuten y tronco. Donde se acoge a todo el mundo porque nadie es de Madrid. Si encuentras a tres madrileños de segunda generación en el mismo bar… es que son familia. Y nada de sagrada, eso es en la Barna. Aquí el modernismo no está en los edificios, sino en Malasaña. 



Madrid, paraíso de la caña, con espuma espesa, tirada en dos tiempos, con calma, con alma… de gato y de patos, los del Manzanares. Un río de mierda y de carpas con pretensiones. Playeras como el Sena. Carpas que comen choped de restos de los bocadillos de los escolares. Que los jubilados pescan los sábados, y luego devuelven… casi siempre, porque alguna acaba en el plato. Que en tiempos de crisis, buenas son tortas y callos, y "Bolas" de cocido. Madrid con dos huevos, los de "Lucio". Un Madrid de pelotas, las de fútbol. De Dioses y de Diosas, Cibeles, Neptuno o los que todavía adoran en las iglesias de Chamberí los domingos. 

Con "Mataderos" donde las pieles de antiguos animales hoy las llevan modernas de labio rojo con deportivas que acuden a "las salas de despiece" a ponerse finas de arte culinario y carpacios y esferificaciones de salmón ahumado. Madrid es metro que vuela, a veces sí y casi todas no tanto. Donde lo que vuelan son carteras y brisa de sobacos mañaneros, roces de paquetes recién levantados o izados como la bandera de Colón. Con metros y metros de tela y ésta sí que vuela, porque no hay como tener tu propio viento, por si los aires no acompañan. Y aquí pasa, entre humos de tubos de escape, desodorantes, boinas y vainas. 

Capital del Fútbol y de Museos. Museo del Prado y del Jamón, a partes iguales. amor por el arte. Las Ventas, que se llenan de puros en San Isidro, unas Ventas rebosantes que ya podrían estar en las tiendas. Madrid de señorío y barrios decadentes, San Blas y Vallekas con k, y "ejques", que no es lo mismo que "jeques" por mucho que se empeñe el corrector del Mac. Madrid de Pintos y Valdemoros y Parla que te parla, antaño con una silla en la puerta de casa. Hoy eso ya no pasa. 

De pesetas y taxistas y manifas, todas y todos los días. De atascos y túneles costosos que esconden los humos. De cuatro torres y de caballos, de reyes con palacios y nuevas reinas y peones, hasta 6 millones.  Atocha y Renfe y políticos y movidas. La de los ochenta y la de todos los días. Cada vez menos, eso dicen los pesetos. De carpetillas que inundan la calle Fuencarral pidiendo por las ballenas, por los refugiados, si no te paras eres malo. 

Madrid generoso, que reparte ese agua buena, Madrid de chalets en la sierra. De modernos, modelos, de pintores, productoras y creativos, de negocios, de sobres entre las manos y sobras de comedores. De pedigüeños de pitillos y de vendedores de rosas. De grafitis y carreras de domingo. De ferias del libro, IFEMAS, Fashion Weeks, de eventos, un Madrid de centro, o más bien de derechas. De Esperanza, y antes de Leguina. Pongamos que hablo de Madrid, de Sabina. De multas en el coche y bombas, de atentados en Atocha. 

Un Madrid de aquí al cielo, un cielo precioso, que sólo se ve a días.  De castizos y pocos castos. De Barajas, pinta en bastos. Donde aterrizan aviones llenos de rusos, que no vienen a por la ensaladilla. Más bien a la milla. La de oro, compro y vendo a pie de calle con cartel en mano. Sortijas, pulseras e incluso los dientes de la abuela. De moros, de chinos y rumanos. De búlgaros y de todos los lados. Que aquí se acoge a todo el mundo porque el mundo entero vive aquí y nadie es de Madrid coño. Bueno sí, el Madroño. 

Madrid de conciertos, de jardines de Sabatini, de ópera y de Teatros de Gran Vía. De cines cerrados y cuentas abiertas en los bares. Madrid maravilloso que nunca conoces del todo, con rincones y esquinas sin conquistar, con putas e hijos de puta. Lleno de tiendas caras y skaters, de barrios de Salaanca donde la que no es p… pija es manca. De Almudenas, feas como catedrales de ladrillo gris y San Isidros. Un Madrid de Diverxos y gallinejas. Que en dos días se reconstruye y te deconstruye unos callos. 

De Casas de Campo, donde no hay casas y sí campan a sus anchas las putas. Con el zoo al lado, aunque los animales están fuera, andan con dos piernas, llevan pantalones y las atacan, eso sí escondidos, retirados en una lado. 

Y de Retiro hablamos, donde se lee la mano. Y si leo la tuya, Madrid, lo tengo claro, te deparan una larga vida. Con disgustos y alegrías, sin olimpiadas, veremos si "Podemos" o no podemos. Con miles de historias en las calles, en los bares, en las casas… Madriz con zeta que así suena más fuerte, al césar lo que es del césar, larga vida a Madrid, larga y vida. 



domingo, 11 de mayo de 2014

EN MISA Y REPICANDO

La Taberna Agrado, el Circo, el Kikekeller, el supermercado de los chinos de abajo, el estanco, el bar de los desayunos,el mercado, la plaza Luna, hasta la comisaría. San ildefonso, Espíritu Santo, San Hermenegildo, San Vicente Ferrer, Bares en calles de Santos y ni un santo dentro de ellos. Conozco todos los locales de mi barrio, menos uno, donde no cobran entrada, hay barra libre, es amplio, íntimo, con olor a incienso y dan charlas todos los días. Se llama la Buena Dicha y es la iglesia que está en frente del José Alfredo y el puticlub Papillón, ironías de la vida. 
Y hoy, domingo, día popular entre los parroquianos que frecuentan el local, me he propuesto conocerlo por fin, a ver si el moderneo, que lo cubre todo lentamente en este barrio, como la sombra de Mordor, también ha conquistado la casa del Señor. Para comprobar si las deportivas de colores que pisan vomitonas y colillas adoquinadas o adoquines acolillados, colonizan también estos lares.


Y al sonido de las campanas, a las 12:30, porque en este barrio todo abre más tarde, hasta la casa de Dios, un domingo de resaca allí me he metido. He entrado silenciosa en una gran sala donde ponen alfombra roja, para el desfile de las almas, que como en Cibeles, las hay excéntricas, luminosas, coloridas y negras muy negras, como un modelo de David Delfín, todo depende de la piel que las cubra.
La gente toma asiento en los distintos bancos, desperdigados, con un aforo tísico, esquelético, como la figura del Cristo que corona la estancia. 20 personas contándome a mí y ninguna más joven de 50. Un panorama gris como enero londinense.
Ese olor a incienso, que hoy día creo, que como el aroma de los porros, acaba anestesiando, adormeciendo, como un opio suave, de ese que hablaba Marx en sus buenos tiempos. La banda sonora… las bocas que repiten de manera mecánica una retahíla, que hoy todavía recuerdo, como las tablas de multiplicar, ese tipo de discursos que no entiendes, pero repites, como nuestros padres los reyes Godos. Ludovico, Turismundo, Teodorico… rico y pobre, da igual, todos caen y se arrodillan. Reclinatorios y confesionarios, lleno de lugares donde disculparse o vomitar verdades. 
Canciones de viejas gritonas, con agudos imposibles y secuencias infinitas, tres padres nuestros, dos aves marías, 20 personas en los bancos, mil y una misas de doce y doce de ocho de la tarde. Santo, santo, santo es el señor, todo se repite, porque por repetición y sangre entran las cosas, como en la vieja escuela, la letra con sangre entra, y aquí es la de Cristo.
Como el director de una orquesta celestial, el cura marca el ritmo, silencio ahora, ahora oración, arriba y abajo, amén y por favor, manejando los movimientos, pero no las cabezas, que piensan… en por favores y perdones, preocupaciones, milagros sanatorios o futbolísticos, porque no siempre se escucha, lo que no falla es la hucha. Una cesta que recorre la bancada con soniquete como el del rumano con los kleenex, "dame argo por favor" y entre favores se pasa la misa, yo te hago, tú me das, tú me enganchas, yo me voy. 

Pocas personas, pero muchas miradas, de santos de porcelana, con mirada pétrea, infinita como el cielo y el infierno, malos y buenos, así se divide el mundo aquí dentro. Y lo gris sólo en las canas. De abuelos y abuelas, que rezan por sus nietos, por ellos y por todos sus compañeros, los que cayeron en un bando y en otro, pero ninguno ha vuelto. A contarles si los ángeles existen o han saludado a San Pedro. Que tiene escondidas las llaves, pero sólo las del cielo. Porque el infierno sí conoce certeza, reza uno y el otro también reza. No quieren quemarse, pero aquí sobre la tierra también se queman.
Con humo de cigarrillos de lupanares, Sodoma y Gomorra, no mola. Lo dice Dios y ni Dios replica, pero mientras, algunos, pellizcan los muslos de las chicas. Llega la hora de la comunión.
El cuerpo de Cristo, en pedacitos, eso se reparten, canibalismo. A unos les toca el brazo, a otros el pie, el cuello o el corazón y para pasarlo un trago de vino, la sangre. Ceremonia vampírica, que succiona miradas y bolsillos. 
Mirando el vacío y el eco cuando se pronuncia Amén, veo que la fe mueve montañas, pero no a las masas… ni modernos, ni hipster, ni jóvenes bibliotecarios, territorio geriátrico pasado, arrugado.
Y después de escupir los marrones, los malos pensamientos, los pecados, el no matarás, no dirás falsos testimonios ni mentirás… sales de misa y recibes una llamada, contestas que mañana le llamas. Mentira podrida, acabas de salir y ya estás manchado. Toda una semana para acumular de nuevo pecados.
45 minutos después, "podéis ir en paz", "demos gracias al Señor", contestan todos. Pero este señor no tiene cartera llena y chaqueta. Por eso no consigue su meta. Llenar La Buena Dicha de modernos un domingo por la mañana, que prefieren la cama, la suya o la de cualquiera.
Y los que acaban de comerse el cuerpo de Cristo se cruzan a la salida con cuerpos hechos un Cristo, que todavía vuelven de celebración, pero no eucarística. Les miran de reojo con mirada perdonavidas, apiadándose de sus almas, perdidas, pero quién sabe si ellos también creen en algo más que los coworking, las sinergías, los mainstream o la vanguardia.

Creer o no creer esa es la cuestión… ¿se puede creer desde casa, sin acudir a la iglesia?? como quien trabaja desde su ordenador. ¿Cuántos modernos de barrio no acuden, pero creerán??. Esa estadística es más complicada porque no se cuenta, como votar al PP, que te guste Jarabe de Palo o los pedos fuera del baño. Pequeñas vergüenzas que se esconden detrás de los afros y los tatuajes. Ya saben, "Amor de madre" es un clásico, pero nunca tanto como para que refiera a una Virgen. 



domingo, 13 de abril de 2014

EL MERCAO ESTÁ FATAL

"EL MERCADO ESTÁ FATAL", ¿cuántas veces habéis oído esa frase de una treintañera que cabalga inexorablemente a los cuarenta??. Más pronunciada que ILLO en Cádiz, más que OSEA en Baqueira Beret, más que Fucking motherfucker en una serie americana… y por qué??? por esto, vámonos de compras!!!.

Tu entras al DÍA, para empezar no estamos hablando de un mercado como el de San Miguel o La Boquería, no, estamos hablando de entrar al DÍA, porque seamos sinceros, al final acabamos yendo al que nos pilla más cerca de casa. Entras y te encuentras con los cientos de pasillos llenos de colores y productos que a simple vista parecen atractivos, colocados en estantes como una noche se colocan en la barra… y comienzas a pasearte contoneando tu carrito por las diferentes calles y comienza el espectáculo: 



INCOMPLETOS. Hay tíos que son como los PAQUETES DE DOS POR UNO… uno es majo, cariñoso, simpático y buena gente, pero le falta ese puntín, que tiene curiosamente su primo, que es mongolo, pero está bueno, te echa unos polvos tremendos y tiene ese culo a juego con la sonrisa por los que matarías. Así que te tienes que llevar los dos a casa porque por el mismo precio… 

BUENORROS QUE NO CONVIENEN: Están los BOLLITOS, no querías pero echas un vistazo, esos que están rebuenos, con chocolate por fuera, pero sabes que no te convienen nada, todas los quieren meter en su carro y ellos acaban metiéndose en todos los carros, engordan, te dan placer por un instante, pero luego te dejan tirada con tus tres kilos de más de celulitis e infelicidad…

FALSOS: Los LICOR DE IMITACIÓN, que te dejan una resaca de mierda, como el Vat 69 o el Lirios, van de ginebra o Whisky, de modernos o de pijos, pero luego rascas un poco y son pura fachada, postureo y no 69 precisamente… baratillos, de los que derriten el hielo del cubata y la ilusión creada en una noche en tan sólo en un minuto.

ÚTILES NECESARIOS: Los tipos PAPEL DEL WÁTER, no son glamourosos, seguramente lleven un polar del Quechua o unas Chirucas porque hace frío o llueve, porque son prácticos. De los que te regalarían por Navidad una aspiradora que es lo que necesitas y nunca un anillo, majos, correctos, pero nunca te sorprenderán. Harán su función, te limpiarán el culo, pero no esperes nada más ahí abajo.

AMIGOS. Que son como la CERVEZA, esos con los que te entiendes, te ríes, que entran en cualquier momento, que pegan para cualquier situación, con pistachos, con una fabada, por la noche, por el día, incluso por la mañana… que te quitan la sed, pero sabes que no son champán, no son lo que quieres, les quieres, pero son colegas, tus amigos y te falta el burbujeó del champán.

PIJOS LISTOS: Los hombres CHAMPÁN, sí, esos que quieres, los que lo tienen todo a primera vista, sofisticados, listos, con burbuja y química, guapos, estilizados, sorprendentes, pero demasiado caros, salen muy caros y sobre todo, seamos realistas, los buenos champán no están en el DÍA… tendrías que irte a Romero y Carvajal y hay que ser consciente de lo que se tiene en el bolsillo. Es como irte a ligar a Sotogrande, hay mucho champán, pero tú no vas a pase de la puerta.  


TABLA DE SALVACIÓN: Los BANDEJA DE PAVO o PAN INTEGRAL, los que compras por temporadas, cuando te agobias y te pones a dieta, esos que te sirven de puente entre temporada y temporada vital. Que querrías que te durasen siempre porque son majos, listos, buena gente, pero en realidad y seamos sinceros, el pavo es soso, es sano, fantástico para tu dieta, tu cuerpo, tu mente, pero sólo lo puedes comer un tiempo, luego te aburres y sigues queriendo chuletón con papa frita. Y hablando de papas…

MAJETES SALAOS: Los PATATAS FRITAS… esos salaos, majos, que se acoplan a cualquier plan, normalmente bajitos o con barriguita incipiente, graciosos, muy muy graciosos, que lo tienen todo para gustarte, pero que al final no te alimentan, te gustan mucho, pero sabes que no puedes alimentarte de ellos exclusivamente. Por eso suelen mutar en Hombre-cerveza y se terminan haciendo tus colegas. Birra y papa frita siempre han sido la mezcla perfecta pa echar la tarde. Y sí, hablo de un trío.

MANITAS. Los imprescindibles en tu vida, los hombres AGUA Y PAN. Esos que te arreglan el ordenador, a los que les preguntas la dudas sobre las tuberías, los que tienen furgoneta para llevarte al IKEA cuando no puedes, los que te recogen en el AVE un sábado a las 5 de la madrugada después de tu viaje al Caribe, los Pan Bendito, los agua bendita, los que no te ponen ni un poco, sólo la calefacción, pero te adoran, te idolatran, te alimentan y te acompañan en tus comidas diarias, son necesarios. Un trocito de pan te viene guay para mojar la salsa de las albóndigas, te ayudan en la vida, pero lo bueno son las albóndigas.

LOS EX: Los CEBOLLA son los ex, los súper ex, esos que te comes, y te sientan mal, pero vuelves a comprar y los vuelves a comer y los vomitas…, se repiten todo el rato, su sabor persiste, sabes que no te conviene, pero en algún momento los probarías de nuevo.

LOS SEXUALES, LOS GUARROS: Los PIMIENTOS DE PIQUILLO, están muy buenos, son picantes, pasas una noche estupenda, pero sabes que no hay más, no puedes volverlos a probar en mucho tiempo, te destrozan el estómago en unos segundos y el ardor te dura meses. Eso sí, esos segundos son maravillosos.


LOS GUAPOS SOSOS: Hay tíos QUESO FRESCO, sí están buenos, son sanos y con un pelín de miel cojonudos, buenos como un queso…, pero sosos, muy muy sosos. Y todos sabemos que la comida sosa alimenta, pero no da ninguna alegría, la sal es la vida, si no preguntadle a un hipertenso.

FACILONES: Los PASTA, esos que ni fú ni fá, llevas un montón sin pasarte por el mercado, necesitas llenar el estómago con algo fácil, algo que está de oferta, unos macarrones, no quieres cocina sofisticada sólo que te quite el hambre hasta que encuentres tu jamón ibérico. 

CHORBOAGENDA: Los CONGELADOS… los que se quedaron en otro siglo, los antiguos amores, a los que acudes sólo cuando no hay nada fresco en la nevera… el de la facultad que andaba pillado por tí, el colega de la fiesta que conociste y te dejó su número. Los tienes por si acaso, pero pueden pasar años sin sacar los Pescanova  a pasear. Te salvan la autoestima y una noche, pero todos sabemos que comer Pescanova es de looser

LOS CON NOVIA DE HACE AÑOS. Esos que están EN OTRO CARRO METIDOS, y no quedan más en otra estantería. No te pertenecen porque otra lo compró primero, pero ellos te llaman, se ponen de oferta una noche y otra… y quieren experimentar otras formas de ser cocinados, se han cansado del rebozado y quieren pil pil. Son de calidad y están tan baratos, tan baratos una noche, que acabas probándolos y eso es una cagada. Están ricos, pero no deberías seguir robando de otros carros o te meterás en un lio, y ya se sabe que no hay nada más peligroso que una mujer en un mercado cuando le roban el turno de la carnicería.

LOS VIEJOS: Los VINOS, los maduritos los que ganan con los años, esos que te gusta saborear a copitas, que empiezan a estar colgones, pero tienen más cerebro que toda la sección de congelados junta. Esos con los que tonteas de vez en cuando para hacerte la interesante, con los que juegas a la madura porque te encantan las historias que han vivido, porque están vividos, más que un un Vega Sicilia, y pueden ser delicatessen o… estar picados. Y muchas veces por fuera dan el pego, pero los abres y desgraciadamente ha pasado demasiado tiempo.

y mientras… sigues buscando tu jamón ibérico…

FEOS RICOS: Y de repente ves, los BESUGOS, pero por muy sano que sea comer pescado tú no pasas por ahí. Tu madre siempre te dice que te comas uno de esos para el fósforo o lo que viene siendo la cuenta corriente, es el que compraría ella, porque lleva 25 años comiendo salmonetes, pero son feos, gordos y huelen mal, sí caros, pero sabes que existiendo el jamón ibérico nunca te quedarás con un besugo.





EXÓTICOS: Un día entras en el súper y ves SUSHI, te parece exótico liarte con un chino, pero todos sabemos que sushi no se come todos los días. Si vas a comer a casa de tus padres puedes llevar muchas cosas, pero si llevas sushi tu padre flipa. Mola para contarlo y decir que te encanta, pero no es un alimento imprescindible, además ya se sabe, les sobra wasabi, pero andan cortos de… eso.

JOVENZUELOS: un día que no quieres cocinar te compras una PRECOCINADO, una LATA LITORAL, está bien, es rápido, incluso está buena y no te cuesta mucho. Una de esas latas, que viaja por medio mundo, no se estropea, es dura, de culo prieto. Se recorre Europa, Asia, un mochilero despreocupado y hippie, majo, jovenzuelo, de esos que te adora y te admira, para el que eres su musa, su gurú, presume de mujerona ante sus amigos, pero sabes que eso no durará mucho. Te puede nombrar las mejores sesiones de DJ de todo Madrid, pero no sabe quién fue Openheimer, se ha criado con Miley Cyrus y no sabe quien es Tom Waits. Volará a otros lugares con otras chicas con el culo más duro que tú y dejarás que vuele después de haberle enseñado unas cuantas cosas en la vida y en la cama y siempre te recordará como su maestra. Ese que cuando le dejas suelta un lágrima sentida, verdadera, pero que al segundo se le ha secado con el flequillo molón que le llega a la frente.

EJECUTIVOS: El CEPILLO DE DIENTES, son la sección de limpieza e higiene. Tipos asépticos, no se pringan. Les gusta su trabajo y ellos mismos, más que tú. El que vive de hotel en hotel, superejecutivo, interesante, pero está demasiado ocupado para dejar su cepillo en una casa, al final tiene mil cepillos, uno en cada hotel.

DIVORCIADOS: Los YOGURES. Te gustaría comerte sólo uno, pero van en pack de cuatro, son indivisibles y tienes que acabar comiéndote a él y a sus tres hijos. 

ATORMENTADOS: Los intensos, los artistas, esos que son la NUEVA BEBIDA CON PACKAGING MODERNO. Se saben atractivos en la estantería, con envoltorio brillante, como su cerebro, un ego grande, sabor intenso y gusto rarito al final. De los que quedan bien colocados en la nevera, pero nunca deberías llevártelos a casa. Son complicados, no tienen abre fácil, piensas que sí, pero cuando los vas a beber por fin, te acabas derramando todo encima. 

PROHIBIDOS. Los que no están ni en el mercado, se salen de él porque están y deberían estar prohibidos, son como la ABSENTA… y aquí entran los tóxicos, desequilibrados, los casados con 4 hijos de matrimonios distintos, los infieles por naturaleza, drogadictos, expresidiarios o los curas.

Pero mientras sigues con tu carro… por fin, lo ves, es él!! tu JAMÓN IBÉRICO!!!. Está a buen precio, con su buen color, su grasita medida por encima, sabroso, inteligente, listo, va con todo, universal, ni demasiado posh como un champán, peor no tan tirado como el patata frita, te alimenta, lo sabes, en un bocadillo cuando vienen mal dadas o en un plato con regañás y foie al lado. Tu jamón!!! te acercas, queda uno, vas a por él y de repente… te encuentras que otra tipa ya ha echado mano de él, está en su carro, has llegado tarde, ella se ha hecho con tu jamón. Otro con novia, una novia que lleva comiendo ibérico cinco años y probablemente ella también sea Pata Negra.

Y como detrás de un consuelo absurdo siempre hay un estudio científico que lo sustenta con cifras, un día te acuerdas de que 90 de cada 100 médicos recomiendan una dieta variada, mediterránea, ecléctica y mientras reponen ese jamón ibérico en la estantería, sigues comprando y comiendo patatas, y bebiendo vino y limpiándote el culo con papel y cepillándote los dientes y comiendo congelados y algún día sushi y piensas que a lo mejor… comer variado es más divertido que quedarte con jamón para siempre, porque sabes que cuando se está acostumbrado al ibérico, acabas cansándote y siempre hay un día de resaca que lo que te pide el cuerpo son unas papas fritas. Eso sí, nunca te comerás un besugo.