domingo, 8 de junio de 2014

MADRIZ CON Z

Madrid es un crisol de culturas, una ciudad ecléctica, un icono de modernidad, cosmopolita, abierta, openmind y pasando de topicazos petardos… Madrid es mucho, sí. Muchas cosas y demasiadas personas. Una ciudad donde los camareros son rancios, pero tiran bien las cañas. Donde la cultura urbana hierve a ritmo de gallineja y entresijo. Una ciudad de chotis, de chulos, de Chueca, de chinos y de chatos, chachi, dabuten y tronco. Donde se acoge a todo el mundo porque nadie es de Madrid. Si encuentras a tres madrileños de segunda generación en el mismo bar… es que son familia. Y nada de sagrada, eso es en la Barna. Aquí el modernismo no está en los edificios, sino en Malasaña. 



Madrid, paraíso de la caña, con espuma espesa, tirada en dos tiempos, con calma, con alma… de gato y de patos, los del Manzanares. Un río de mierda y de carpas con pretensiones. Playeras como el Sena. Carpas que comen choped de restos de los bocadillos de los escolares. Que los jubilados pescan los sábados, y luego devuelven… casi siempre, porque alguna acaba en el plato. Que en tiempos de crisis, buenas son tortas y callos, y "Bolas" de cocido. Madrid con dos huevos, los de "Lucio". Un Madrid de pelotas, las de fútbol. De Dioses y de Diosas, Cibeles, Neptuno o los que todavía adoran en las iglesias de Chamberí los domingos. 

Con "Mataderos" donde las pieles de antiguos animales hoy las llevan modernas de labio rojo con deportivas que acuden a "las salas de despiece" a ponerse finas de arte culinario y carpacios y esferificaciones de salmón ahumado. Madrid es metro que vuela, a veces sí y casi todas no tanto. Donde lo que vuelan son carteras y brisa de sobacos mañaneros, roces de paquetes recién levantados o izados como la bandera de Colón. Con metros y metros de tela y ésta sí que vuela, porque no hay como tener tu propio viento, por si los aires no acompañan. Y aquí pasa, entre humos de tubos de escape, desodorantes, boinas y vainas. 

Capital del Fútbol y de Museos. Museo del Prado y del Jamón, a partes iguales. amor por el arte. Las Ventas, que se llenan de puros en San Isidro, unas Ventas rebosantes que ya podrían estar en las tiendas. Madrid de señorío y barrios decadentes, San Blas y Vallekas con k, y "ejques", que no es lo mismo que "jeques" por mucho que se empeñe el corrector del Mac. Madrid de Pintos y Valdemoros y Parla que te parla, antaño con una silla en la puerta de casa. Hoy eso ya no pasa. 

De pesetas y taxistas y manifas, todas y todos los días. De atascos y túneles costosos que esconden los humos. De cuatro torres y de caballos, de reyes con palacios y nuevas reinas y peones, hasta 6 millones.  Atocha y Renfe y políticos y movidas. La de los ochenta y la de todos los días. Cada vez menos, eso dicen los pesetos. De carpetillas que inundan la calle Fuencarral pidiendo por las ballenas, por los refugiados, si no te paras eres malo. 

Madrid generoso, que reparte ese agua buena, Madrid de chalets en la sierra. De modernos, modelos, de pintores, productoras y creativos, de negocios, de sobres entre las manos y sobras de comedores. De pedigüeños de pitillos y de vendedores de rosas. De grafitis y carreras de domingo. De ferias del libro, IFEMAS, Fashion Weeks, de eventos, un Madrid de centro, o más bien de derechas. De Esperanza, y antes de Leguina. Pongamos que hablo de Madrid, de Sabina. De multas en el coche y bombas, de atentados en Atocha. 

Un Madrid de aquí al cielo, un cielo precioso, que sólo se ve a días.  De castizos y pocos castos. De Barajas, pinta en bastos. Donde aterrizan aviones llenos de rusos, que no vienen a por la ensaladilla. Más bien a la milla. La de oro, compro y vendo a pie de calle con cartel en mano. Sortijas, pulseras e incluso los dientes de la abuela. De moros, de chinos y rumanos. De búlgaros y de todos los lados. Que aquí se acoge a todo el mundo porque el mundo entero vive aquí y nadie es de Madrid coño. Bueno sí, el Madroño. 

Madrid de conciertos, de jardines de Sabatini, de ópera y de Teatros de Gran Vía. De cines cerrados y cuentas abiertas en los bares. Madrid maravilloso que nunca conoces del todo, con rincones y esquinas sin conquistar, con putas e hijos de puta. Lleno de tiendas caras y skaters, de barrios de Salaanca donde la que no es p… pija es manca. De Almudenas, feas como catedrales de ladrillo gris y San Isidros. Un Madrid de Diverxos y gallinejas. Que en dos días se reconstruye y te deconstruye unos callos. 

De Casas de Campo, donde no hay casas y sí campan a sus anchas las putas. Con el zoo al lado, aunque los animales están fuera, andan con dos piernas, llevan pantalones y las atacan, eso sí escondidos, retirados en una lado. 

Y de Retiro hablamos, donde se lee la mano. Y si leo la tuya, Madrid, lo tengo claro, te deparan una larga vida. Con disgustos y alegrías, sin olimpiadas, veremos si "Podemos" o no podemos. Con miles de historias en las calles, en los bares, en las casas… Madriz con zeta que así suena más fuerte, al césar lo que es del césar, larga vida a Madrid, larga y vida. 



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